viernes, 27 de mayo de 2011

El 'Spanish Dream' y su declive


¿Cómo llegamos aquí? Con un toque de humor.

La revolución no será televisada.

Es cuando se caldea el ambiente, cuando se vislumbra en los ojos de los ciudadanos un hormigueo nervioso, que acuden las cámaras, los salvadores periodistas, a transmitir los hechos desde el escenario. 


¡ Qué lástima que durante todos estos días se hayan perdido la cantidad de talleres, murales, asambleas, coloquios e incluso canciones reivindicativas que se han podido escuchar! – Eso es lo primero que me viene a la cabeza cuando veo la cobertura, infantiloide, como si se tratara de un festival alternativo de conciertos en los suburbios de una gran ciudad, llevada acabo por Antena3. Una chica la mar de mona, ataviada con un vestidito rosa y un micro del color corporativo, se mueve entre la multitud de concentrados y la policía. Ni le tiembla el pulso cuando empiezan las agresiones con balas de goma (cosa que no puede decir el desafortunado de su cámara, ‘caído en combate’), sin comentar más allá de ‘Me acaban de tirar una botella a la cabeza a mí’.

http://www.antena3.com/videos-online/noticias/sociedad/han-lanzado-botella-cabeza_2011052700053.html

No me queda más remedio, me acerco a la pantalla del televisor, miope, con miedo de que lo que veía detrás de la presentadora fuera un escenario de cartón-piedra que pudiera caerse en cualquier momento. Pero no, es cierto, ¡con qué elegancia, savoir-faire, como si no pasara nada, se mueve la chica por el meollo! Por un momento me he metido en la película de pleno, hubiera llegado a sustituir mi café matinal por una bolsa de palomitas si me las hubieran ofrecido.

De repente, a nuestra eficiente reportera con zapatitos de cristal no se le ocurre nada más que darle un toque emocional, pretendiendo preguntar a los acampados, en plena carga mientras todavía permanecen sentados, como se sienten. Cito textual : ‘Estamos viendo mucha gente afectada, no sólo de nervios; mucha gente joven que llora, están como nerviosos y tristes, porque no esperaban que esto fuera avanzando de esta manera, supongo que hay mucho idealista por aquí, no?’.

Juzguen ustedes mismos.

http://www.antena3.com/videos-online/noticias/sociedad/desalojo-plaza-cataluna-viii_2011052700018.html

La revolución no será televisada. Más allá: será mediatizada, banalizada, mascada hasta el punto de convertirla en irreal. La revolución no será, porque sólo fijarán el punto de mira en ella cuando sea disuelta. 

lunes, 11 de abril de 2011

Inside Job: Fábula sobre el Rendimiento de cuentas

Para qué hacer ficción cuando la realidad puede resultar más aterradora, una vez desenmarañada? Cuando uno termina de ver Inside Job, Oscar al mejor documental de la edición 2011, queda hasta tal punto noqueado, paralizado, que desearía que realmente fuera ficción.  El film de Charles H. Ferguson deja un claro mensaje, tras un loable esfuerzo de documentación, divulgativo y sintético: los culpables tienen nombres y apellidos. Más allá de ello, (man)tienen fortunas, cargos políticos y empresariales. Gozan de unos enormes beneficios privados, a un gran coste social y público. La advertencia no es banal: todavía impunes, depende de los ciudadanos que todo continúe como si nada hubiera pasado. Más allá de la mera explicación, el documental pretende apoderar a los ciudadanos, hacerles recordar que, aunque el 70% de norteamericanos considera que el Congreso representa intereses económicos y lobbyísticos, no debiera ser así. Hacer política está en sus manos, depende de ustedes.

Con un hilo conductor histórico empezado des de la Gran Depresión, el film nos da un amarre a través del cual conseguir navegar, sin naufragar, en el mar de conceptos económicos (CDO’s, CDS’s, prestamistas, seguros, comisiones legislativas…). Cabe criticar pero, que aunque la intención principal del film es apuntar las efigies principales de los causantes de la crisis global actual, el espectador puede acabar saturado de imágenes y personajes hasta tal punto de conseguir todo lo contrario. La responsabilidad es difusa, y distintas esferas sociales se hayan imbricadas en la carga de la culpa (rápidamente identificables: la política, la financiera y preocupantemente, la académica). Es por ello que el film fracasa en el que quizás es su elemento esencial: buscar un símbolo, una imagen, con el que identificar la culpa.

El mensaje pero parece ir más allá. Con picardía, Ferguson nos muestra ante cámara las debilidades de muchos de los implicados de mundo financiero, académico y político. Y este es uno de los detalles más interesantes del film. Ejecutivos y profesores de universidades de renombre quedan desarmados ante la exposición de hechos y datos. Su nerviosismo, cambios en el semblante y actitud arrogante y defensiva no escapan al espectador. Tampoco escapan sus conductas en la vida privada, para el público europeo relativamente reprobables, pero totalmente condenables para una cultura como la norteamericana, basada en el puritanismo en la esfera de lo público. Y si no, hagan memoria: el caso Lewinsky y otros escándalos sexuales similares costaron la carrera política a notables senadores, congresistas e incluso un Presidente.

El dedo en la llaga: ‘Señores, no se engañen. La crisis no es tan sólo económica’. Si algo nos muestra el documental de Ferguson con gran valentía es que los culpables de la crisis son falibles, humanos. De hecho, de ahí el error, ¿no es así?. Los verdaderos culpables no son quimeras desconocidas, ámbitos metafísicos incomprensibles para el ciudadano corriente, ‘las presiones de los mercados internacionales’, como muchos gustan decir, como si fuera algo incontrolable. Es un mal más cercano, pero no por ello menor: dichos personajes prefirieron beneficiarse de un sistema de incentivos perverso que conllevaría a su eventual colapso, antes que frenar a tiempo. Se nos plantea una cuestión de naturaleza política del hombre: ¿somos realmente avariciosos por naturaleza?, ¿hasta tal punto seríamos capaces nosotros también de caer en dicho sistema perverso?. Quizás de ahí el efecto de shock que el film causa: ésta ha sido una crisis causada por el ser humano. Nosotros ante el espejo.

En suma, el balance es positivo. El documental, aunque denso en cuanto a información, consigue que el espectador piense, se pregunte, no acepte del discurso preponderante hasta el momento y se predisponga, con actitud crítica, a actuar. Enhorabuena, señor Ferguson: hay vida más allá de Michael Moore.

El tráiler para aquellos que todavía no sepáis del documental:
 

El Paralelo explicado por Lluís Permanyer (III)

Lecciones a extraer: la profesión de historiador y su deber cívico


C: Ara expliqui’m sobre la seva professió. Al llibre Cites i testimonis  sobre Barcelona porta a terme una enorme tasca d’investigació i documentació. Quines són les cites que l’han impactat més?

L: Les de gent important de la història. Trobar, per exemple, que el novel·lista Gustave Flauvert o Balzac hagin fet una cita sobre Barcelona, o Sartre, o Einstein. És llavors quan et fa il·lusió, o quan Lluís XIV parla de Barcelona, o Voltaire... El que fa gràcia, evidentment, és la importància de qui ho diu, i a continuació què diu. Prefereixo triar abans la crítica que l’elogi i que sigui de fora de La Rambla, perquè sinó seria una monografia.

C: Importa ‘Què diuen’, m’agrada. Quina visió global s’enduen de Barcelona aquests testimonis?

L: Una cosa que m’ha cridat molt l’atenció és que des del segle XIV aproximadament, la gent comença a fer grans elogis de Barcelona, i en general tothom diu que és una ciutat europea i gens espanyola, perquè era la gran ciutat medieval, la capital de l’Imperi mediterrani. És clar, era una ciutat en aquella època tan important com Venècia o Gènova. I això es nota quan la visites, com els hi explico als estrangers: per exemple, Les Drassanes és l’edifici gòtic més gran d’Europa (que es conserva), quan tu veus l’Ajuntament i la Generalitat, quan veus Sta. Maria del Mar, quan veus el Monestir de Pedralbes, quan vas a Llotja.... tens una idea de com era la ciutat gòtica, i clar, causa una certa impressió, perquè pensa que París eren gairebé pobles llavors. I aquesta és una ciutat important, per això els viatgers, quan venien cap aquí i visitaven això es quedaven bastant enlluernats.

C: Creu que cridava més l’atenció la component arquitectònica i cultural de la ciutat, en contrast amb d’altres centres històricament polítics?

L: Certament, una altra cosa important és la capitalitat. Per exemple, en Hugh Thomas va fer un llibre semblant quan la reina d’Anglaterra va anar per primera vegada a Madrid, sobre els viatgers a Madrid. Allà te’n adones que són viatgers aristòcrates i diplomàtics, perquè és una capital (hi ha un tipus de feines pròpies que ja t’obliguen a anar-hi, i a escriure cartes a ambaixadors, etc). En canvi, el que escriu sobre Barcelona ho fa perquè té ganes i il·lusió de fer-ho, i crec que això té més mèrit que sobre Londres o París.

C: Per acabar, hem parlat de l’ambient del Paral·lel als anys vint marcat per l’oci, a la Guerra civil i immediata postguerra per la censura política, i des de mirades de testimonis internacionals. Quina és la visió que té de la ciutat l’historiador?

L: M’agrada que és una ciutat que no te la pots acabar. Mira, jo estic des de l’any vuitanta-vuit que m’he començat a mirar Barcelona i m’ho passo encara molt bé. El més divertit de la feina que jo faig no és el moment d’escriure l’article, sinó quan busco la informació per escriure l’article, és aleshores quan et trobes sorpreses. Quan busco i trobo cites sobre Barcelona, em sento com el caçador que va amb l’escopeta preparat per a veure què trobarà però no sap què trobarà, i potser en un moment donat surt de darrere d’un arbre un conill. Doncs això és igual, estàs un dia fullejant un llibre i de cop i volta t’ho trobes, i aquesta és la satisfacció. Al moment d’escriure-ho després no tens sorpreses, els que tenen sorpreses són els creadors: poetes, novel·listes, perquè al moment d’escriure és quan trobes una imatge que tu no t’esperes que en aquell moment et surt, i aquestes sorpreses són les gratificants en aquest tipus de creadors literaris. Però els que ens dediquem a l’assaig o a l’assumpte històric, la sorpresa és al moment de buscar la informació. Hi ha vegades que busques coses que saps que han passat, però hi ha vegades que busques coses que no saps si han passat, i aquí està la gràcia. Per exemple, Palau i Fabre, em va explicar que ningú sabia amb exactitud quan s’havia produït la primera exposició de Picasso, i llavors uns deien 1900, uns altres 1906 i fins i tot uns altres 1910.  Llavors ell va decidir un dia anar a la biblioteca i començar a fullejar vanguàrdies i va fer una primera passada i no ho va trobar. I ho va trobar en una segona passada. T’has de situar en la mentalitat de l’època: tu quan fulleges un diari ara, les coses importants, veus, passen aquí dalt -(Assenyalant la capçalera d’un diari)- Bé, doncs l’exposició de Picasso començava aquí a baix de tot, aquí hi havia el títol, i posava “Exposición Picazzo”, amb dues zetes. Quatre ratlles i continuava a la columna d’aquí dalt. És clar, jo comprenc que la gran alegria és aquesta, ara, després quan ho escrius i dius “La primera exposició de Picasso va ser el 28 de febrer de 1900 als Quatre Gats”... el moment aquell d’escriure-ho no et dóna tant plaer.

C: La passió que té pel seu ofici sembla meravellar-lo tant com Barcelona. Destacaria algun aspecte negatiu de la ciutat?

L: El negatiu? Moltes desgràcies que passen per la ciutat que veig jo, perquè sempre intento anar a peu. Veig la poca cura que és té, el fet de no tenir la ciutat com cal. Avises, i dius, mira, que ha passat això, i veus que no ho netegen o no ho arreglen. Sí, els actes d’incivisme i no tenir la ciutat com cal. Jo crec que haurien d’estar una mica més atents, perquè viatjant te n’adones que és una ciutat bruta, bruta de les parets, bruta del terra... és una llàstima. Però bé, no podem tenir-ho tot.

Permanyer vive ilusionado su profesión. Nacido en una época de cambios como era 1939, sigue al pie de la letra un sentido propio de deber cívico como historiador ante su polis. Antes de empezar la entrevista, me enseña su curioso sistema de sistematización de información mediante fichas y archivos, donde relaciona citas de libros, recortes y demás puntos donde ‘cazar su información’. Pasión define su manera de tratar la información, de concebir sus reportajes y escritos como ‘pequeños descubrimientos’ que el ciudadano, como tal, debe conocer. Él, a su manera, realiza el deber cívico del ciudadano descubriendo hasta el último rincón recóndito de la ciudad, cazando su historia.

El Paralelo explicado por Lluís Permanyer (II)


Guerra civil y posguerra: la moralización de la polis.

Con la Guerra Civil española (1936-9) y la consiguiente posguerra, lo que hasta entonces había sido el centro de ocio de la ciudad, el Paseo de Gracia popular que Permanyer citaba, choca de golpe con la cruda realidad. La despolitización buscada por el régimen franquista contrasta con su voluntad de moralizar hasta el último aspecto de lo que hasta entonces había sido el salón de juegos de Barcelona. Permanyer nos sigue narrando, divertido y nostálgico, como pese a las circunstancias políticas la imaginación e inventiva de los teatros y café-concert permitió la superación del régimen existente, aún sin la posibilidad de regresar a aquellos alegres años veinte.

C: Acabats els 'alegres anys vint', es produí una ruptura política i social com fou la polarització entre esquerres i drets fins al punt d'arribar a les portes d'una Guerra Civil. Hi havia un clima d'inseguretat palpable, aleshores, a Barcelona? Afectà al Paral·lel?

L: Com anècdota, fins aleshores Nou de la Rambla era un carrer que no tancava mai, i quan va esclatar la Guerra, en començar els trets, molts establiments van adonar-se que no podien ni abaixar les portes. No en tenien perquè fins el moment  no havien tancat mai.  Tot i així, als artistes els afectà de manera desigual, segons la seva pròpia manera de ser. El Decret de col·lectivització de caixes va comportar l'expropiació de tot el que hi havia als bancs per a fer l’esforç de guerra. Hi ha gent que són més estalviadors que altres. Per exemple, la Bella Dorita és una dona que es deixà estimar per la gent milionària que anava a veure-li l’espectacle. I un li regalava un anell, un altre li regalava un collaret, un altre una torre a Sant Gervasi. No totes ho guardaven en els bancs, no et pensis.

C: I llavors, amb la instauració del Règim franquista, com va afectar la normativa a l’ambient del Paral·lel?

L: Durant la Segona República i fins i tot abans hi havia un règim d’una gran llibertat, fins i tot els espectacles eren més agosarats i més lliures que a París o Berlín. Aquí per exemple al Paral·lel es practicava el nu integral, cosa que ni a París ni a Berlín era permès. Però, ja hi va haver un parèntesi previ, la dictadura de Primo de Rivera, que va introduir la censura. Ja en aquella època es va començar a viure l’ambient del que després seria el franquisme molt més exagerat. La censura de l’època de Primo de Rivera podríem dir era bàsicament civil, però en l’època del franquisme la censura es converteix en eclesiàstica.

C: A què es refereix concretament amb el terme d’eclesiàstica? Aplicant una moralina cristiana?

L: Bàsicament, a l’Església li deixen el control d’aquests espectacles i també dels llibres. Segons m'han explicat algunes de les actrius del Molino, s'havia de presentar una fotografia amb la que es veiés el vestit, decidint si era adequat o no. I un dia, al cap de quatre o cinc dies d’haver estrenat, es presentaven per veure si el que havien aprovat lligava. Això d'una banda. Però les que, com la Bella Dorita, cantaven, també havien de prestar la lletra, que havia d'esser aprovada per la censura. Com el que  agradava però, era que hi hagués una mica de malícia i de picant, si es sabia que aquell dia no hi havia vigilància doncs deien alguna cosa més de la lletra. A més a més, durant el franquisme, per utilitzar el català a l’escenari els imposaven fortes multes. Per exemple, hi havia moltes actrius que apart de cantar, que podien cantar en castellà, buscaven el diàleg amb el públic, i llavors deia “tu calla!” en català, i això els hi causava una denúncia “Por haberse dirigido al público en catalán...”.

C: I en quant al propi espectacle?

L: Aquí venen les anècdotes més divertides. Cadascuna tenia la seva manera de saber dir les coses, jugant amb dobles sentits. I ara et diré una cosa que feia la Bella Dorita, cantava: “Me gusta la Mer / la Merle Oberon”. Això escrit no té malícia, però si tu dius això: “Me gusta la Mer” i els d’abaix “Lamer què?” . Doncs aquest és el joc que s’establia sobretot no tant en els teatres grans com en els teatres petits de cafè-concert, perquè el teatre petit fa que hi hagi aquest diàleg entre la platea o les taules i l’escenari, perquè és petit. En canvi, vas al Teatre Victòria o a un cine del S. XX i no hi ha possibilitat. Queda en família.

C: Podríem dir que és aquest l’èxit del model de teatres petits, en detriment d’altres més grans?

L: Precisament. Crec que el gran èxit del Molino és aquest, que és un espai petit en què els de baix senten una relació íntima amb els de dalt, i els de dalt al revés.   Ho he escrit al llibre El Molino, Un Siglo De Historia, i la meva teoria és que a diferència de l’Arnau per exemple, que també era cafè-concert, l’Arnau era més gran i quedava esbravat, i la relació no era tan potent com en El Molino, perquè El Molino era com una depressió, una petita vall que contribuïa al major caliu, donada la proximitat entre públic i escenari.


El Paralelo explicado por Lluís Permanyer (I)

La Barcelona Canalla de los años veinte: una visión ociosa de la polis.

El domicilio de Lluís Permanyer, situado en plena Calle Caspe y en medio del bullicio de Barcelona, es tan enigmático y particular como en sí lo son el personaje mismo y su singular moustache; un piso ataviado con artefactos tan variados como curiosos uno pueda imaginar. Su estudio, cuatro paredes donde más de mil ochocientos libros, como hiedras, escalan hasta tocar el techo, deviene un punto de inflexión que nos hace recordar que las nuevas tecnologías son cosa de hace pocos años. Sistemático, con un archivo de recopilación exhaustivo hecho a mano, nos recibe con una sonrisa, dispuesto a explicarnos sobre la polis ociosa que en los años veinte era Barcelona.

C: Per començar, vostè és un historiador emblemàtic de Barcelona. Quines són les raons, quins són els motius que fan que s’interessi per un lloc com el Paral·lel ?

L: El Paral·lel va ser un eix molt important a la història de Barcelona, sobretot des del punt de vista dels espectacles, perquè allà va haver-hi la màxima concentració des de començaments del segle XX fins pràcticament els anys setanta. I és un lloc viu i hi han desfilat artistes molt importants, espanyols i també estrangers (per exemple, el Maurice Chevalier, la Josephine Baker...). També, els meus pares m’hi portaven de petit a veure espectacles. Suposo que és un cúmul d’atracció.

C: Un món bohemi però alhora certament canalla. Tot espectacle necessita un públic, quin perfil social i polític trobem al Paral·lel dels anys vint?

L: Hi havia una sèrie de cafès que feien que s’alternés la burgesia que anava a veure aquests espectacles amb els habitants del Poble Sec i el Barri Xino. Feia que hi hagués una barreja del món de la bohèmia i també el de la delinqüència junt amb l’alta burgesia que anava allà a veure els espectacles i feia que fos un lloc semblant a La Rambla, de  molta barreja i caliu. Políticament [el públic] era homogeni, per exemple, allà al Paral·lel hi havia un bar molt famós on s’hi reunien tots els anarquistes, que es deia curiosament “Bar La Tranquilidad”.

Tot i així, al començament -em sembla que el primer teatre és del 1892-, eren gent obrera i menestral, precisament pel barri on estava. Però a mida que els empresaris van veure que hi havia negoci, es va millora fins al punt que al final dels anys dels vint ja hi feien revistes de primera categoria (que és quan ve el Maurice Chevalier) i aleshores és el públic de la burgesia que està a l’Eixample que va a veure aquests espectacles. Per exemple, l'any 1946 es va rebre un grup de refugiats austríacs que van crear la companyia “Els vienesos”, i el poeta Sagarra i en Rusiñol hi van estrenar nombroses obres. O sigui que finalment va esdevenir una gran plataforma del millor que es feia en teatre i revista.

L'afluència de tant el Paral·lel amb la Rambla era tal que es va decidir unir-lo en recte, i el carrer Nou de la Rambla es va convertir en l’eix per a vianants primordial.

C: Ens trobem per tant amb una espècie de Passeig de Gràcia però de la gent popular. Aleshores, d’aquest eix des de Les Rambles fins el Paral·lel creuant amb Nou de La Rambla, vostè quins nuclis d’espectacles o de cafès-concerts, creu que eren els més destacables?

L: L'inici fou anecdòtic. El Paral·lel el va urbanitzar I. Cerdà, fent-lo de seixanta metres d’alçada. Els propietaris però van queixar-se de que els expropiaven massa terreny, de manera que van posar un plet a l’Ajuntament que no prosperava, llavors ningú construïa. En aquells solars van passar a instal·lar-se barracons de fusta que a finals del segle XIX, 1890 aproximadament, instal·laren cafès i petits teatrets. I de mica en mica allò va tenir èxit i es va anar creant aquest nucli d’espectacles. I a més els cafès...! Hi havia el cafè més gran de tot Barcelona, la terrassa, el cafè més gran de tota Barcelona, que era el Cafè Espanyol. I era llarguíssima!


 C: Per tant, definiríem el Paral·lel com una bombolla d’oci dins la ciutat. Tot i la bombolla, a l'exterior passaven coses. Com van afectar la Primera Guerra Mundial i la neutralitat espanyola?

L: Va ser el més important, perquè al haver-hi la neutralitat durant la Primera Guerra Mundial, la gent guanyava diners a cabassos en vint-i-quatre hores. La manera de gastar-se’ls era grans sopars, grans dinars, grans juergas... jugar, hi havia joc sobretot, ruleta; i també cocaïna,“la Diosa Blanca”. Fins i tot un famós periodista de l’època, deia que en el Paral·lel s’hauria de posar una làpida que digués “El Paral·lel agraït a la Gran Guerra”.

C: Més enllà del joc, l'espectacle i les drogues, és de suposar que la prostitució no va trigar a aflorar en aquest ambient.

L: Era lògic donat que era una zona menestral i obrera. En aquella zona del Barri Xino  era on hi havia més concentració de prostíbuls  barats: el Carrer de les Tàpies, el Carrer d’Avantguardia, el Carrer del Cid... hi havia uns locals molt estripats i molt famosos com La Criolla i Cal Sagristà. La Criolla era famosa a tot el món, perquè els estrangers que venien aquí el que veien a La Criolla no ho havien vist mai. I el famós actor de cinema nord-americà, Douglas Fairbanks se'n feia creus: “Meravellós! No he vist mai en la vida una cosa semblant! Ni a Shangai, ni a Porçait! Enlloc!”. 

sábado, 9 de abril de 2011

Un bocado para la reflexión: Crimen y castigo de Tchaikovski

'Cuando recomendaba el teatro o una galería, no era que se negase a ir; no era que asistir a cosas semejante le produjese dolor de pies –lo que no me hubiese sorprendido, porque casi siempre llevaba tacones de aguja: hasta sus zapatillas estaban a diez centímetros del suelo-, sino que consideraba que el arte era una ostentación, algo vacío, sin valor, un insulto al público y, si estaba subvencionado, un despilfarro del dinero público.
- Crimen y castigo de Tchaikovski, la última Sinfonía de Chéjov…¡Puaj, caca de la vaca, joder!
Como buena thatcheriana, quería librarse de eso. Ahora, en el 'fin de la historia', la clase dirigente televisiva, esa vieja pandilla oxbridgeana de sensibles –por no decir de amanerados-, y con ella la Iglesia y la monarquía, serán reemplazadas por 'la gente', palabra con la cual parecía referirse a los ignorantes y a los más ferozmente ordinarios.  No era yo el único que mataba padres. En los sesenta y los setenta se hizo un culto de eso, con los ataques a lo patriarcal y lo fálico. ¿Y qué nos quedó al final de esa década iconoclasta? Thatcher: un destino peor que un macho.
Ahora, naturalmente, vivimos en la psique de Thatcher, si no en su ano; en el mundo que ella nos hizo a base de competitividad, consumismo, famosos y la hija bastarda de la culpa: la caridad: bingos y deudas. Pero entonces estos puntos de vista eran una novedad. 
Por lo menos, con Karen aprendí a no hacer distinciones entre el gran arte y el arte popular'.

Hanif Kureishi, Algo que Contarte.
Ed. Anagrama, 2009. pp 263-4.

miércoles, 6 de abril de 2011

Fábula sobre arte urbano: ventanas de denuncia

La ciudad de Londres en particular, y el Sur de Inglaterra en general, son considerados de todo el Reino Unido como las zonas apoderadas, habiendo lo que se denomina como cleavage o frontera de división, en este caso económica, entre Norte y Sur del país, división que encuentra sus causas más remotas en el propio origen aristocrático de su sociedad. Así pues, mientras que a rasgos generales el sur-este británico cuenta con las clases bien estantes del país, las naciones constituyentes de Irlanda del Norte, Gales y Escocia se caracterizan por unas rendas comparativamente menores. Aún así, no cabe caer en el cliché, pues en el mismo Sur también se reproduce ese mimetismo de pobreza, habiendo en Londres barrios deprimidos como Brixton, Clapham, Gipsy Hill, South Lambeth, Streatham, West Norwood o Herne Hill, por citar algunos.

En las grandes ciudades, no obstante, lo multicultural puede caer en un discurso maniqueo, aparecer como atractivo al instante, sin que pensemos en las consecuencias y conflictividades potenciales que acarrea y que frecuentemente quedan irresolutas. Por otra parte, el lujo, el glamour y fiestas de la city empañan con frecuencia una realidad mucho más degradada económica, social e incluso ecológicamente de lo que superficialmente percibimos. En este sentido, destaca que algunos se atrevan a denunciar de manera anónima y silenciosa aquello que muchos no pueden o no desean ver.

Es el caso de Bansky, artista anónimo británico, quien nos abre una alternativa surgida desde la boca del lobo: el mismo entorno degradado ofrece una oportunidad, abre una ventana al vanguardismo a la par que a la protesta. De discurso ecologista, anticapitalista, desafiando convenciones morales y sociales, ofrece la reinvención de la ciudad como polis donde compartir las ideas con tal explicidad que explotan delante de los ojos de sus ciudadanos, acaparan muros, paredes, edificios enteros.

La problemática de la vivienda y la existencia de barrios con construcciones y barracones precarios se nos descubre desde su mismo corazón. No cabe replicar aquello denunciable para la protesta: basta con atraer la atención del ciudadano hacia un situación que es real, manipulable, y por tanto, mejorable.




Hasta el mismo centro financiero de Londres, la city, deviene el escenario donde denunciar, en el contexto de una crisis financiera sin precedentes desde los años treinta del pasado siglo, las consecuencias que ésta conlleva. Un can cuyos orines descienden vertiginosamente (un ritmo trepidante tan sólo comparable a la recesión económica), o las luces y sombras que la palabra interest arroja en un contexto tal son ejemplos de ello.



Incluso un tema polémico como pueda ser la multiculturalidad arrolladora de la ciudad, que ha engendrado otros tantos conflictos entorno al rico colectivo inmigrante (fundamentalmente proveniente de las antiguas colonias británicas como Pakistán o India), es denunciado con tal impacto que deviene advertencia para el ciudadano: tome usted conciencia sobre lo fácil y al mismo tiempo peligroso del discurso de limpieza étnica frecuentemente esgrimido.


Los muros devienen meros portadores de información, sus personajes son silenciosos reclamos que señalan hacia la raíz del problema. La interacción deviene el siguiente paso necesario: todo ciudadano (entendiéndolo como portador de virtud cívica) que perciba el mensaje, se ve empujado a transformar la realidad. La propia denuncia del graffiti empuja, da conciencia al habitante de la polis de su agencia transformadora, tanto en lo económico, lo político o incluso lo ecológico.


Sus graffiti aprovechan tanto la receptividad que del vanguardismo ofrece la propia ciudad desde hace un tiempo (siendo centro receptor de la diáspora europea de  ilustradores, diseñadores gráficos o grupos musicales trasladados) como la propia fisonomía de sus calles. De hecho, así se explica que áreas como Docklands o la rivera sur del Támesis se hayan transformado en centros emergentes culturalmente, siendo originalmente barrios degradados de la capital británica. No obstante, más allá del propio núcleo de atracción cultural que pueda generar, este arte urbano, mural y con mensaje nos abre una ventana, un señal luminoso que nos llama a actuar, a ser conscientes de hacia donde deriva nuestra polis y cómo remediarlo.


Para navegar un poco más por sus muros: http://www.banksy.co.uk/outdoors/outusa/horizontal_1.htm

lunes, 4 de abril de 2011

Fábula segunda: El poder del discurso (¿A dónde vas, Caperucita?)

Como cada día uno se levanta, se pone la radio lo suficientemente alta como para oírla a través del secador pero sin que permita que le despierte del todo. Absorbemos la información sin quererlo, sin buscarlo, presentada con tantos y miles de implícitos (algunos buscados por la cadena o agencia de turno, otros casuísticos) que sin más reflexión consumimos y almacenamos. Política puede llegar a ser cómo decimos las cosas. Más allá de la discusión con otro sobre asuntos cotidianos de importancia menor, la persuasión y argumentación; el mero hecho de describir una realidad se convierte en acto político.

Acto político deviene el hecho de presentar a continuación de una sarta de noticias desastrosas sobre los efectos de un devastador tsunami en la costa japonesa, para rematarlas con la guinda de una historia de un simpático perro que pese al hecatombe humano ha sido capaz de encontrar a su ama. La felicidad del momento en que el ávido can es abrazado por su dueña nos reconforta (aunque aquella pobre mujer se haya quedado sin casa, sin familia y sin un futuro certero), para probablemente olvidar ambas historias –la del perro, y la del tsunami-, unos cuantos minutos más tarde. Implícitos del discurso se suman y agolpan a las puertas de nuestra mente sin apenas detectarlos (cuestiones de género, edad, sexualidad, medio ambiente, inmigración…), o bien tratándolos como temas en que, por polémicos, podemos autoconvencernos de lo incorrecto de cuestionar aquello dicho oficialmente.

Bien presente debemos tener pero, que ninguna historia, ninguna palabra será dicha neutralmente. En este sentido, desde el mundo de la literatura, podríamos destacar Contes per a nens i nenes políticament correctes, de James Finn Garner (original del 1995, traducido por Q. Monzó y M. Roura).  He aquí una cita divertida, nos hará reír por lo exagerado y absurdo, pero que tal vez nos desvele preocupantemente un gran número de implícitos de a diario. Quizás no nos vendría mal tener un decodificador similar para la vida real:

‘Vet aquí que una vegada hi havia una persona jove que es deia Caputxa Vermella i que vivia amb sa mare a la vora d'un gran bosc. Un bon dia sa mare li va demanar que portés un cistell de fruita fresca i aigua mineral a l'àvia - no perquè això fos feina de dones, de cap manera, no, sinò perquè era una obra generosa que contribuïa a crear un sentiment solidari. A més, l'àvia no estava malalta; ben al contrari: estava en plena forma física i mental i era perfectament capaç de tenir cura d'ella mateixa en tant que persona adulta madura (...).

De camí cap a ca l'àvia se li va acostar un llop que li va preguntar què duia al cistell. Ella li va contestar:
- Una mica de berenar saludable per a l'àvia, que és perfectament capaç de tenir cura d'ella mateixa en tant que persona adulta madura.
- Saps, maca? -li va dir el llop-. Per a una noieta no és gaire segur caminar per aquest bosc tota sola.
- Trobo molt ofensiu aquest comentari teu, profundament sexista -li va dir la Caputxa Vermella-, però l'ignoraré perquè la teva tradicional condició de marginat social t'ha dut a enfrontar-te al món d'una manera pròpia; i del tot vàlida, evidentment. Ara, si em permets, he de prosseguir el meu camí.’

sábado, 2 de abril de 2011

Primera Fábula: 1984

El 22 de enero de 1984 irrumpió en la pausa de la Super Bowl un anuncio que sorprendió a muchos, y que provocó que al día siguiente los raros fueran aquellos que no lo comentaran. Un anuncio ni mas ni menos dirigido por Ridley Scott, que nos hacía recordar que aquel 1984 donde la guerra es paz, la libertad esclavitud y la ignorancia fuerza probablemente ya estaba a las puertas. Multitudes harapientas desfilaban hacia una austera sala donde sentarse y escuchar cada día durante dos minutos de odio las jocosas frases previamente ensambladas por un régimen totalitario.


                                                                       ‘Apple’s First Commercial (1984)’ 

En este caso Mac apostó por lo rompedor del momento y por la propia oportunidad que el juego de números y fechas permitía. Aún así, para el propio espectador se hace demasiado obvio, una vez pasada la novedad del spot, el trato que de Mac se hace como innovador y salvador del ‘Orden de la Purificación de la Información’ tal y como reza la voz en off.

Un anuncio de contenido tan impactante era difícil que no fuera reaprovechado, más tarde que pronto, con fines políticos. He aquí el uso que le dio un simpatizante de B. Obama,  durante las Primarias demócratas del 2008:

                                                                                   ‘Vote Different (2008)’

Sin duda, los contenciosos intra-partidistas que nos ofrecen las primarias norte-americanas son pura política, en el sentido que el Maquiavelo republicano de Los Discursos le da: conflicto y violencia, en la pluralidad, como elementos intrínsecos a la política. En este sentido, el creador del anuncio (trabajador en una compañía de estrategia democrática vía-Internet, contratada por Obama), no dudó en tratar a la candidata rival, ni más ni menos, a nivel del dictador de Orwell.  La democratización que supone es interesante, pues el vídeo venía desde abajo, y se hizo patente como un solo ciudadano realmente puede incidir en el proceso democrático.

Ahora bien, siguiendo el argumento al pie de la letra, hay quienes podemos llegar a sospechar que dicho anuncio sea tan abiertamente anti-Hillary como a primera vista pudiera parecer. Se podría identificar, en una lectura atenta de Orwell, a Hillary con Emmanuel Goldstein, héroe opositor demonizado por el régimen. Su figura es la que aparece en los Dos Minutos de Odio, en plena pantalla ante las atentas miradas de unos súbditos sumisos que acabaran enloqueciendo de rabia. Mediante las críticas que Goldstein realiza, el régimen autoritario busca reafirmar su apego entre la población. Ante la evidencia literaria, sumándole a unos soundbites de Hillary que invitan al diálogo más que al discurso totalitario (‘I don’t want people who agree with me’, ‘this is our conversation’, ‘I hope to keep this conversation going’), hay críticos que defienden que el anuncio no pretendía sino alertar como la carrera a las primarias se había convertido en aquel entonces en una guerra mediática, más que un espacio donde argumentar, discutir e intercambiar ideas dentro del partido. En cualquier caso, aunque impactante en un primer momento (¿quién se acuerda de los ochenta?), la lectura del anuncio re-ensamblado es equívoca a la par que desafortunada.

Un hilo argumental de este tipo, pero, no termina aquí. Mucho más sutil ha sido la reciente réplica de Motorola,  y es que más difícil es entender que la historia del Gran Hermano es una historia de amor; en este sentido no es casual el final que Orwell le da: hasta el súbdito crítico como Wilson, como todos, acaba amando al Gran Hermano sobre cualquier otra cosa o persona.

                                                               Motorola, ‘Empower the People (2011)’ 

Tal vez el anuncio de Motorola sea el que capta el elemento más sentido por Orwell, y del mismo  modo lo plasma de manera mucho menos tremendista que en las anteriores versiones. Es fácil quedarse con el mensaje autoritario, incluso esperpéntico de la sociedad presentada por Orwell. Un Leviatán que hace que la vida sea solitaria, pobre, malévola, embrutecida y corta. Un Leviatán que destruye todo pasado con el que uno pudiera identificarse de manera particular y sentida, un Estado totalitario que idea una nueva lengua, una nueva Historia e incluso una nueva manera de entender las relaciones humanas caracterizada, precisamente, por la deshumanización. Afloran nuevos delitos como el crimen de pensamiento, y escribir un diario privado de reflexiones críticas (como podría ser hoy en día este blog), conlleva un riesgo mucho mayor que el de quitarle la vida a un hombre.

Ante 1984 se nos despliega un espectáculo de ingeniería autoritaria que hasta cierto punto despierta nuestra curiosidad, a la vez que nos resulta un tanto inquietante. Un Gran Hermano que controlaba hasta el último resquicio de la sociedad, hasta incluso producir la propia pornografía que sus ciudadanos deberían consumir, y obstaculizando cualquier contacto entre las mujeres y hombres que formaban parte de él. En este contexto, la máxima trasgresión política de Wilson es amar a una mujer del partido, como él, iniciándose su rebelión en el mismo punto en que se fija en ella.

Ridley Scott encaró el gran hermano desde la superficie: sumisión, enajenación, autoritarismo y finalmente la rebelión de un individuo (porqué no decirlo: una atleta que, sinceramente, ni encaja con la estética del libro ni tampoco con la del anuncio, mucho más parca que otras versiones; podríamos decir, puro artificio yanqui inserido en el contexto de la Super Bowl). La versión para las primarias demócratas, partiendo de la misma versión de Scott, aborda el Gran Hermano desde las tripas políticas. Aquí ya no importa lo despreciable de la vida del súbdito: aquí el foco cambia al Gran Hermano. La voz, cara y discurso de Hillary Clinton impactan en el espectador: ‘We shall prevail’. Es Motorola pero quien capta el verdadero sentido del 1984 de Orwell: la historia de 1984 es una historia de amor, entendiéndose el amor, siempre, como acto de rebelión política.


Post.scriptum (o la guinda): Si han leído 1984 los directivos publicitarios de Motorola, ¿ya saben que es el Gran Hermano quien acaba triunfando?

viernes, 1 de abril de 2011

Un comienzo

Para muchos puede sonar lejano, pero es fascinante observar como día a día tratamos de lo político, del poder y de hacia donde se deberían encaminar los latidos de nuestro pequeño mundo. Discutiendo utilizamos las artimañas más sentidas por Maquiavelo, constantemente nos quejamos de lo justo y lo injusto (quizás con un nivel argumental sorprendentemente mayor que el que podamos encontrar en cualquier cámara de un Parlamento), o simplemente cuestionamos aquello a nuestro alrededor porque así lo queremos.

La reflexión política, lejos de ser anodina, puede ser más intrínseca a nosotros de lo que nunca hubiéramos pensado. Criticar, cuestionar lo establecido y reflexionar... quizás publicistas y guionistas, escritores y actores tengan mucho más presente lo que Aristóteles definía como zôon politikón. Quizas realmente estemos hechos unos animales políticos. Y quizás el mundo de la cultura nos lo ponga un poco más fácil para tomar conciencia de ello. Aquí lo trataremos.