viernes, 1 de abril de 2011

Un comienzo

Para muchos puede sonar lejano, pero es fascinante observar como día a día tratamos de lo político, del poder y de hacia donde se deberían encaminar los latidos de nuestro pequeño mundo. Discutiendo utilizamos las artimañas más sentidas por Maquiavelo, constantemente nos quejamos de lo justo y lo injusto (quizás con un nivel argumental sorprendentemente mayor que el que podamos encontrar en cualquier cámara de un Parlamento), o simplemente cuestionamos aquello a nuestro alrededor porque así lo queremos.

La reflexión política, lejos de ser anodina, puede ser más intrínseca a nosotros de lo que nunca hubiéramos pensado. Criticar, cuestionar lo establecido y reflexionar... quizás publicistas y guionistas, escritores y actores tengan mucho más presente lo que Aristóteles definía como zôon politikón. Quizas realmente estemos hechos unos animales políticos. Y quizás el mundo de la cultura nos lo ponga un poco más fácil para tomar conciencia de ello. Aquí lo trataremos.


2 comentarios:

  1. La cultura es la política. Cuánto mayor es el nivel cultural más posibilidades hay de que exista política.
    Cuando la situación cultural es deprimente son las oligarquías las que aplastan cualquier atisbo de democracia.
    Me parece una iniciativa muy saludable, que animo y en la participaré en la medida de mis capacidades.

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